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Atlético Club de Socios: una historia de rebeldía colchonera

Publicado: 05 / 08
Categoría: Fútbol

Atlético Club de Socios: una historia de rebeldía colchonera

Publicado: 05 / 08
Categoría: Fútbol

El concepto del ‘fútbol popular’, antagónico con respecto al llamado ‘fútbol negocio’ y, por ende, al margen del lucrativo business en que se ha convertido este deporte a nivel profesional, nace como respuesta a la pérdida total de protagonismo y poder de decisión de los socios tras la transformación de la inmensa mayoría de clubes profesionales en Sociedades Anónimas Deportivas. Una gestión del todo ineficaz y que ha llevado a diversos equipos a la ruina económica, social e institucional y, en algún caso, como la Unión Deportiva Salamanca, el Club de Fútbol Extremadura o la Agrupación Deportiva Málaga, incluso a la desaparición.

Bajo la premisa de “un socio, un voto”, el fútbol popular pretende devolver el fútbol a aquellos que realmente viven, sufren, lloran y se sacrifican por su equipo, es decir, los y las aficionadas, a través de una gestión basada en la democracia directa. Todas y cada una de las decisiones que se toman en el día a día de la entidad deben ser aprobadas previamente en asamblea, fomentando así la cultura democrática y la vinculación entre el club y su comunidad más próxima.

Fútbol popular en España y en Europa

El fenómeno del fútbol popular comienza a desarrollarse a principios de siglo. Uno de los casos más representativos en los primeros pasos del fútbol popular es el del AFC Wimbledon, fundado por los aficionados del extinto Wimbledon FC cuando la directiva de este decidió trasladar el equipo a Milton Keynes y refundarse como MK Dons. El de mayor repercusión a nivel internacional, no obstante, es el del FC United of Manchester, fundado en 2005 por un grupo de aficionados descontentos con la compra y posterior gestión del Manchester United por parte de los Glazer.

Mención especial merecen otros clubes extranjeros que, a pesar de no seguir al pie de la letra el modelo de fútbol popular, mantienen estrechos lazos con su comunidad. Son los casos del AS Livorno italiano, el Wycombe Wanderers inglés o los alemanes Union Berlín o FC Sankt Pauli. Aunque el aficionado no es dueño del club en el sentido estricto de la palabra, es cierto que este posee un peso importante en el mismo. Además, la masa social más próxima al club es respetada y valorada por los propietarios.

En España, son varios los equipos que han adoptado esta fórmula. El Atlético Club de Socios, inspirado en el FC United of Manchester, fue fundado en el año 2007 por aficionados del Atlético de Madrid no conformes con la gestión de la familia Gil. De esta forma se convirtió en el primer club español nacido bajo la premisa del fútbol popular.

El caso de mayor calado en nuestro país, gracias en buena parte a su gran masa social, es el Unionistas de Salamanca CF. Fundado en el año 2013 como tributo a la extinta UD Salamanca, Unionistas milita actualmente en Segunda División B, la tercera categoría del fútbol español, siendo el club que mayor éxito deportivo ha alcanzado. Tanto es así que este mismo curso se ha medido de tú a tú ante el Real Madrid en dieciseisavos de la Copa del Rey.

Otros clubes adheridos a este modelo son los conocidos CAP Ciudad de Murcia, fundado en 2010 después de que Quique Pina trasladase su ‘proyecto millonario’ a Granada para dar lugar al Granada 74, el Xerez Deportivo, creado en 2013 a raíz del descenso administrativo y la deuda acumulada por parte del Xerez CD, el UC Ceares, nacido en 1946 (aunque no sería hasta 2011 cuando se acogería a los principios del fútbol popular) o la SD Logroñés, fundada en 2009 tras la desaparición del histórico CD Logroñés.

Atlético Club de Socios: fútbol popular, comunidad y cultura democrática

Sus primeros pasos

El Atlético Club de Socios nace en el año 2007, fundado por un grupo de socios y aficionados del Atlético de Madrid hastiados de la gestión del club por parte de Enrique Cerezo y Jesús Gil Marín e inspirados en el antecedente del FC United of Manchester. El motivo principal que llevó a estos aficionados a la creación de ‘El Socios’, nombre por el que es conocido entre sus aficionados, fue la falta de participación del abonado colchonero en el club. En definitiva, una respuesta al rumbo que estaba tomando la SAD, tanto a nivel deportivo como institucional.

 “El poder gestionar un club desde su creación fue el motivo que me llevó a fundar el Atlético Club de Socios”.

Fernando Sánchez Postigo, responsable de comunicación y delegado del equipo, relata que los primeros años fueron muy duros como consecuencia de la presión ejercida por el Atlético de Madrid. “Intentaron perjudicar, beneficiar nunca y ayudar jamás. Por ello no mantenemos ninguna relación con ellos. El Atlético de Madrid nos conoce. De hecho, nos demandó en 2007, cuando creamos el club, por usar la palabra Atlético”, señala. No obstante, las diferencias entre ambas instituciones parecen haberse apaciguado y las aguas se han ido calmando en los últimos años.

Las premisas de El Socios fueron muy claras desde su creación: hacer un club que representase lo que siempre había sido “su Atleti”. Para ello establecieron el imperativo de dar voz a su masa social y promulgar los valores del Atlético de Madrid, un club que luchaba contra los poderosos con esfuerzo y trabajo, un club que va de la mano con su afición y que se erige en un agente social para empoderar al aficionado.

“La fuerza de los socios al identificar algo como suyo, sus colores, sus equipos, su gente… Eso es lo más importante para nosotros. Hacemos honor a nuestro lema: “Nuestro Club, Nuestras Reglas”.

El Socios hoy

En la actualidad el Atlético Club de Socios se encuentra en uno de los peldaños más bajos del fútbol español. No obstante, la situación a nivel deportivo es algo que no preocupa demasiado a la gente del club, y es que, con casi 300 abonados, este equipo ha sido pionero en un modelo que hasta no hace mucho era completamente desconocido. Esta temporada ha incorporado a un nuevo entrenador, Benito Jiménez, quien sabe perfectamente cómo funciona el club. “Venimos a echar una mano, enseñamos lo que sabemos y formamos parte de un proyecto”, declara. Sus palabras ayudan a entender la filosofía de El Socios. No sólo se trabaja un proyecto deportivo, sino que se construye una base social.

El Atlético Club de Socios finalizó la temporada en última posición del grupo tres en la Primera Regional Madrileña. Sin embargo, no hay que olvidarse que El Socios es más que un simple equipo de fútbol. El mismo Benito Jiménez afirma que “nuestro objetivo principal es usar el fútbol como herramienta educativa”. Así, lo meramente deportivo ocupa un segundo plano.

Sin ir más lejos, durante la presente campaña se han llevado a cabo todo tipo de acercamientos entre directiva, equipo y afición: comidas, torneos benéficos para la comunidad… La esencia de El Socios es su gente, las personas que lo conforman, luchan y viven por y para él.

Rubén Uría: “Sin hinchas no hay fútbol”

“Las SAD fueron la muerte del fútbol y son un signo del capitalismo rampante, puro y duro, que ha convertido a clubes históricos en sociedades histéricas. Algún día, no sé si antes o después, pero llegará, los clubes volverán a ser propiedad de sus legítimos dueños, los socios”

Rubén Uría (Madrid, 1975) es un reputado periodista deportivo y ferviente seguidor del Atlético de Madrid, uno de los equipos más exitosos del fútbol mundial. A pesar de apoyar con pasión a un club cuya forma de gestión es antagónica a la del fútbol popular, tiene claro que el futuro del deporte rey no pasa por los grandes empresarios, las cifras astronómicas ni los contratos multimillonarios a los que tan acostumbrados estamos en las últimas fechas.

“Tengo claro que el control de los clubes debe regresar a sus socios, los auténticos y legítimos dueños de sus intereses”, afirma sin tapujos. Reconoce, eso sí, que en la actualidad “el fútbol es audiencia y dinero, pero debería ser un deporte donde lo único importante sean los aficionados. El modelo SAD ha asesinado la premisa de “un socio, un voto”. Es una utopía. La industria ha convertido la pelota en un cochino negocio”.

Uría se muestra entusiasmado con iniciativas contrarias al fútbol negocio, especialmente la del Atlético Club de Socios. “Es el perfecto ejemplo de que aún queda mucho del Atleti. Se trata, en mi opinión, del perfecto vehículo para combatir el mercadeo actual y la prueba de que todavía existen aficionado que se niegan a ser clientes. Aficionados que quieren ser partícipes de lo que ocurre en su equipo y de las decisiones que se toman en la entidad”.

“La mercantilización es un insulto a la inteligencia y un agravio hacia el fútbol, que era y debería ser propiedad única y exclusiva de los hinchas. Mejor un club de muchos que una SAD de pocos”.

Su concepción de lo que debería ser el fútbol se traslada con suma facilidad a la cotidianidad del día a día. Al igual que hay aficionados que rehúsan quedarse mirando, hay personas que quieren trabajar por y para su barrio, para su comunidad. Esa es la principal virtud del fútbol popular: la transformación de un simple hobby en un instrumento que fomenta la participación pública y la cultura democrática.

Entre el fútbol popular y el modelo capitalista: 50 + 1 y modelo Eibar

En el fútbol, como en la vida, las cosas no son blancas o negras. En cuanto a los modelos de gestión de los clubes, existe un amplio abanico de posibilidades comprendidas entre el capitalismo salvaje que caracteriza a las sociedades anónimas deportivas y la etiqueta ‘solidario’ o ‘sin ánimo de lucro’ que caracteriza al fútbol popular. Desde el modelo alemán del ’50+1′ al ‘modelo Eibar’, basado en la gestión horizontal, queda claro que se puede ganar dinero, burlar a la llamada ‘ley del deporte’, que obliga a los equipos que ascienden a Primera o Segunda División a transformarse en SAD y, al mismo tiempo, llevar a cabo una gestión abierta y participativa.

Tal y como establece la legalidad germana en lo relativo al balompié, ningún socio capitalista puede poseer una mayoría accionarial que le permita hacer y deshacer a su antojo. Por el contrario, el reparto accionarial únicamente permite aglutinar un máximo de 49% de las acciones, lo que en la práctica provoca que la gestión del club dependa de la aprobación previa de la masa social.

Con respecto a la Unión Deportiva Eibar, uno de los clubes más humildes de la Primera División española, cabe destacar el modelo horizontal de gestión que le ha permitido codearse con los grandes durante varias temporadas consecutivas. De acuerdo con los estatutos del club, desde la presidencia, que actualmente ostenta Amaia Gorostiza, no se pueden tomar decisiones unilaterales, sino que es necesario un amplio consenso. Esta filosofía democrática se extiende a lo largo y ancho de los distintos estamentos: desde la dirección deportiva al césped.

Tal y como declaraba Fran Garagarza, director deportivo del Eibar, en una entrevista concedida al diario deportivo Marca en 2018: “Todos suman en el club. Se inicia en el pueblo, en el socio, en el consejo de administración que delega en cada área y en el modelo de club, en el que no hay un dueño que ejecuta sin más”. El objetivo, más allá de configurar una plantilla competitiva, es crear una gran familia, preparada para superar las adversidades y que garantice la pervivencia del club si se produce una reducción drástica de los ingresos, por ejemplo, tras un posible descenso de categoría.

Un futuro prometedor

En un contexto global de incertidumbre con motivo de la pandemia del COVID19, los lazos fraternales que unen a la comunidad cobran, si cabe, mayor importancia. En ello, el fútbol y, más concretamente, el fútbol popular, tiene mucho que decir. Queda a un lado la despersonalización característica del fútbol del capital, que cuenta a sus aficionados como una simple cifra, sin voz ni voto. Por contra, el fútbol popular se muestra como un abrigo para todos aquellos huérfanos, descontentos con la deriva mercantilista y que buscan un fútbol y un mundo más humano y solidario.