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Ups & downs en Wigan con un gallego de por medio

Publicado: 08 / 10
Categoría: Fútbol

Ups & downs en Wigan con un gallego de por medio

Publicado: 08 / 10
Categoría: Fútbol

Cuando era adolescente llevaba en mi carpeta escrita una frase de Lois Pereiro: “Que la vida no me sorprenda jamás desprevenido, callado y neutral”. Hoy en día, si aún tuviese una carpeta, reduciría la frase a “que la vida no me sorprenda jamás” o incluso la encogería un poco más y la dejaría en “que la vida no me sorprenda”. Confieso que estar siempre prevenido estresa, que hablar demasiado hace que digas cosas de las que luego te arrepientes y que si siempre tomas partido lo más probable es que acabes enfrentándote a absolutamente todo el mundo a tu alrededor.

A estas alturas y con el 2020 que llevamos creo que desconfiar de toda sorpresa no es sino un síntoma de tener bien afinado el instinto de supervivencia. Sorpresas como saber que el Wigan, el clásico Wigan Athletic de la Premier League podría desaparecer son el tipo de cosas que hacen que uno acabe temiendo las sorpresas, las variaciones en el desequilibrio actual de las cosas al que ya nos hemos acostumbrado.

Si uno se mete en Youtube y escribe la palabra Wigan en el buscador hay dos vídeos de obligado visionamiento: uno es el resumen de la final de la FA Cup que el Wigan Athletic disputa en 2013 contra el Manchester City, la cual gana por 1-0 con un gol de saque de esquina que pone los pelos de punta. No tanto por el gol, sino por ver toda aquella grada plagada de fans del Wigan gritar y celebrar el tanto que les daría la copa. También ver a su por entonces presidente Dave Whelan (un exfutbolista y empresario de unos grandes almacenes de ropa deportiva que había cogido el que era el club de su vida y lo había llevado hasta aquella final de Wembley) abrazar a todo el mundo tremendamente emocionado encoje un poco el corazón. Aquel equipo estaba dirigido por un entrenador español, Roberto Martínez y plagado de otros jugadores españoles como Ramis, Joel Robles, Jordi Gómez o Piscu.

Hablamos con el de As Pontes sobre la situación del club y se muestra tan sorprendido como nosotros: “seguía al equipo, pero solo en el ámbito deportivo. De mi época en el Wigan ya no queda nadie y por el club ya han pasado dos presidentes nuevos y 5-6 entrenadores. Estaba al corriente de los resultados y fichajes por las redes sociales, pero de los problemas financieros no, me enteré cuando salió en la prensa.”

Al recordar su etapa en Inglaterra, Adrián López Rodríguez ‘Piscu’ recuerda el fútbol inglés no sólo por lo que sucedía en el terreno de juego, sino también por toda esa atmósfera que lo rodea: “Tanto a nivel personal como profesional fue una de las mejores experiencias de mi vida. El primer año fue difícil, sobre todo con los problemas que tuve con el Depor y todo lo que salía en la prensa. Una vez obtuve el permiso de la FIFA para jugar, disfruté muchísimo y aunque no era un defensa al estilo ‘inglés’, me adapté genial al fútbol y eso me supuso la renovación por dos años más en el equipo. El ambiente musical, como tú dices, es algo que aún echo de menos, Manchester es una ciudad con mucho movimiento y siempre había conciertos de grupos importantes y daba igual en qué bar entraras, que siempre había música en directo.”

Para llegar a Wembley, los de Wigan tuvieron que superar a equipos como el Huddesfield, el Arsenal, el Everton o el Milwall. Antes de estos equipos, habían vencido al Macclesfield Town, otro de los clubes que también ha anunciado su inminente desaparición. Llegar a Wembley es un camino largo, debes pasar por el fútbol de barro y estadios pequeños en los que sientes el aliento de la afición en la nuca, por ese fútbol de pueblo que agoniza en Inglaterra. Los de Wigan llegaron a esa final concienciados de que era una oportunidad irrepetible. “Para mí fue increíble vivir ese ambiente, una final es algo único y jugarla en Wembley y ganar al Manchester City, que tenía un equipazo, es algo que ni en tus mejores sueños ocurre. Teníamos muy estudiado al rival y habíamos jugado hacía un par de semanas contra ellos”, nos cuenta Piscu.

El gallego también recuerda el golpe de realidad que supuso, días después de alzarse con la FA Cup, bajar a Championship: “a los 3 días tuvimos que jugarnos el descenso contra el Arsenal y no fue posible ganar, nosotros éramos un equipo pequeño que sólo 3 días antes habíamos jugado una final con un desgaste enorme y el Arsenal estaba mucho más descansado”.

Desde entonces el equipo no ha dejado de subir y bajar hasta instalarse en mitad de tabla de la segunda inglesa como norma. La situación más dramática vendría a principios de este extraño verano, cuando el Wigan entraba en concurso de acreedores y la Football League le sustraía 12 puntos de los 50 que lo mantenían alejado del descenso hasta entonces. La temporada terminaría con la certificación de este descenso a Ligue One y con el club en serio riesgo de desaparición. El cómo se ha llegado a esta situación financiera es la consecuencia de una serie de tejemanejes económicos y empresariales que, sinceramente, huelen bastante mal y que aparecen mejor explicados en un vídeo de La Media Inglesa de lo que podría hacer yo en estas líneas. La pregunta ahora es si puede aparecer alguien que salve al club, que necesita una inversión muy grande para seguir existiendo. Uno de los nombres que sobrevuelan es el de Whelan, aunque Piscu lo ve poco probable: “creo que una vez que se fue y dejó paso a su nieto, cerró una etapa en ese aspecto. En mi opinión será difícil que vuelva, pero ojalá lo haga, una persona que llevó al equipo a lo más grande y puso el equipo y la ciudad de Wigan en la boca de todos, sería la mejor de las noticias para los aficionados.”

La gente de Wigan no quiere esperar a saber si su querido expresidente volverá o si aparecerá alguien que quiera hacerse cargo del equipo de su vida. Para ellos el Wigan es una cuestión urgente. Es por eso que han surgido muchas iniciativas alrededor del club con el objetivo de salvarlo económicamente. Quizá una de las más bonitas sea la del grupo The Lathums, que han decidido grabar la canción The Snake, un tema clásico de Northern Soul, en un único sigle de 7’. Una única grabación que tan solo obtendrá el ganador del sorteo que han organizado a través de su página web. Lo recaudado será destinado íntegramente a salvar al Wigan Athletic. El grupo pensó en un primer momento en grabar algún tema de The Verve, pero querían algo que hablase de su ciudad, de su comunidad, de todo lo que representa el equipo. En un vídeo publicado por ellos mismos, en el que hablan con diferentes aficionados en un pub local, uno de ellos lo explica: “No se trata de un equipo de fútbol simplemente, es una comunidad, es la gente con la que estás y los amigos que haces para toda la vida.”

El objetivo es muy difícil, salvar a un equipo de la quiebra económica con apenas una voz y unas guitarras es una heroicidad al nivel de llegar a Wembley. Lo que sí han conseguido, como también nos cuenta Piscu, es unir a la afición en torno a un único objetivo. “He visto la iniciativa y me parece que tanto esa, como otras que han surgido, han logrado captar la atención de los aficionados del equipo. Seguro que lograrán su objetivo de recaudar muchos fondos. Espero que no desaparezca, Wigan es muy conocida en Inglaterra por su equipo de rugby, pero lo que la ha puesto en el foco internacional fue el equipo de fútbol y sus gestas. Como dicen en Inglaterra, el fútbol es una religión, así que la pérdida del club será la pérdida de parte de su identidad de muchas personas, por lo que esperemos que no pase.”

El otro vídeo de Youtube del que os hablaba se llama ‘Wigan drive through during 2020 lockdown‘. No esperéis que este vídeo esté ni por asomo al nivel del anterior. Es simple y llanamente un vecino de Wigan paseando en coche por la ciudad durante la cuarentena mientras va al supermercado a comprar salchichas. Un viaje rápido y barato a una ciudad vacía, con casi todo absolutamente cerrado, donde los carteles publicitarios hablan solos porque nadie puede verlos. Es un viaje duro, con el cielo hormigonado sobre la irregularidad de los tejados ingleses. Es un viaje al mismo tiempo descriptivo de lo que parecería una Wigan sin fútbol. Una Wigan sin el ruído de los goles, sin las multitudes yendo al pub o al estadio a ver a su equipo. Sin los amigos que un día se conocieron en la grada. Una ciudad de gente aislada a la que no pudo unir el fútbol.

Recuerdo de pequeño un capítulo de alguna serie de dibujos animados en la que se versionaba ‘Un cuento de Navidad’, de Charles Dickens y a un personaje lo visitaban tres fantasmas (El fantasma de las navidades pasadas, El fantasma de las navidades presentes y El fantasma de las navidades futuras) para que cambiase su escéptica visión de la Navidad. Uno de ellos, no recuerdo cuál, llevaba al protagonista a pasear por la ciudad, mostrándole lo deprimente que sería un mundo en el que nunca hubiese existido, cómo cambiarían las relaciones de la gente a la que quiere si él no hubiese formado parte de sus vidas. Ese paseo en coche es ‘Un cuento de Navidad’ para el Wigan Athletic, nos muestra lo desolador de una ciudad sin su equipo. Ojalá ese mundo sin el Wigan sea solo el fruto de un mal sueño, una visión oscura de la que aprender que el fútbol nos une y que debemos protegerlo de aquellos que piensan más en el dinero que en el amor.