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Un futuro lleno de incógnitas

Publicado: 10 / 02
Categoría: Fútbol

Un futuro lleno de incógnitas

Publicado: 10 / 02
Categoría: Fútbol

Recientemente nos sorprendió a todos la publicación de Leo Messi en su Instagram aludiendo a una entrevista del director deportivo del FC Barcelona, Eric Abidal, en la que criticaba la conducta del vestuario durante la última época de Ernesto Valverde como entrenador del club.

El astro argentino no nos tiene acostumbrados a realizar declaraciones, pero cuando lo hace sube el pan. Abidal dijo al Diario Sport que “muchos jugadores no estaban satisfechos ni trabajaban mucho”. Respondiendo a estas palabras, Messi subió un Instagram Stories diciendo: “Sinceramente no me gusta hacer estas cosas pero cada uno tiene que ser responsable de sus tareas y hacerse cargo de sus decisiones. Los jugadores […] somos los primeros en reconocer cuando no estuvimos bien”.

“Los responsables del área de la dirección deportiva también deben asumir sus responsabilidades y sobre todo hacerse cargo de las decisiones que toman”, añade en dicho post. Finaliza apuntando que “cuando se habla de jugadores, habría que dar nombres, porque si no se nos está ensuciando a todos y alimentando cosas que se dicen y no son ciertas”.

Queda patente la total desconexión entre el mejor jugador del mundo y la presidencia del FC Barcelona. Muchos son los medios que apelan a una inminente destitución de Eric Abidal. Otros apuntan que podemos estar ante la última temporada de Leo Messi en Can Barça. Aquí surgen diferentes paradigmas respecto al futuro de la entidad:

En primer lugar está el supuesto del cese o la renuncia voluntaria del exfutbolista francés. El galo podría bajarse del barco tras esta temporada ya que no cuenta con muchos apoyos dentro del vestuario. Si abandonara por su propia voluntad, las aguas estarían a priori calmadas, dentro de la convulsión que ya de por sí hay actualmente. Si es destituido por Josep María Bartomeu supondría un golpe de poder por parte del presidente, cosa a la que no nos tiene acostumbrados. Quizás, en cierta medida, sería corroborar el poder del vestuario para la toma de decisiones más allá del campo, pero el club debe estar por encima de cualquier individuo, sea quien sea.

Otra posibilidad es que la directiva, en bloque, convoque elecciones anticipadas –previamente acordadas para 2021–, y un soplo de aire fresco entre a la institución. A la vista de los futuros comicios, no parece que la actual cúpula cuente con el apoyo ni del vestuario en general, ni de su jugador franquicia en particular. Y es que la afición tampoco comparte las decisiones tomadas por los altos cargos.

Todo comenzó con la venta de Neymar al PSG en 2017, desencadenante del descontento con las operaciones del club. Desde los fichajes de Dembélé (105 millones + 45 en variables) y Coutinho (120 millones + 40 en variables) que no han justificado su precio, hasta la retransmisión pública de las negociaciones para recuperar a Neymar, son muchas las operaciones que no han salido como la entidad tenía planificadas y no han sentado bien entre los seguidores culés. Parece que la directiva no tiene todo a su favor para revalidar el triunfo conseguido en 2015 tras la dimisión de Sandro Rosell.

Por último, se plantea otro paradigma: la marcha de Leo Messi. A priori parece poco probable que el argentino llegue a este extremo, pero never say never. Es importante recalcar que cuenta con una cláusula en su contrato que le permite abandonar el equipo gratis a final de cada temporada a partir de los 32 años. Al haberlos cumplido el pasado verano, en unos meses nos encontraremos ante el primer match ball para el Barça. Sería imperdonable para los mandatarios llegar a este extremo, y la figura de Bartomeu quedaría marcada para siempre como “el presidente con el que Messi se fue”.

Es cierto que antes o después el ‘10’ abandonará el club, pero no es lo mismo hacerlo ahora, de mala manera, que a los 35 años de forma orgánica, habiendo agotado ya todo el fútbol que quedaba en sus botas. Lo que está claro es que el Barcelona debe prepararse para una tarea compleja: darle relevo a la mejor generación de jugadores de su historia, con Leo a la cabeza. La era post Messi será muy diferente y tendrán que saber adaptarse y encontrar una nueva fórmula para alcanzar el éxito.

La última posibilidad es que no cambie nada, ni ahora, ni a final de temporada. Bartomeu seguirá en la presidencia hasta las elecciones de 2021, Abidal será director deportivo y ‘la pulga’ continuará marcando goles. Si bien es cierto que este escenario es perfectamente factible; el descontento viene de lejos y parece que sin un cambio de enfoque es difícil que se desbloquee la situación a largo plazo.

A pesar de que al Barça le crezcan los enanos –sólo cuenta con 3 delanteros sanos en plantilla: Messi, Griezmann y Ansu Fati– la temporada es larga, siguen vivos en las tres competiciones y todo puede pasar en un equipo que ha ganado 7 de las últimas 10 ligas. Por el momento, Setién debe dar con la tecla y tratar de crear una dinámica de resultados positivos que devuelvan la moral a la plantilla.

En cualquier caso, por muy caldeado que esté el ambiente en los despachos y el revuelo que esto pueda suscitar, el fútbol es lo que pasa entre 22 jugadores en un campo de 105×70, y ahí es donde deberían tener su última palabra.