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El Storytelling en las camisetas, ¿hasta cuándo?

Publicado: 02 / 08
Categoría: Fútbol

El Storytelling en las camisetas, ¿hasta cuándo?

Publicado: 02 / 08
Categoría: Fútbol

Hace unos días se presentó la nueva equipación del Deportivo por parte de Kappa y había expectación, quizá demasiada. Esto derivó en una disparidad de opiniones que van desde el entusiasmo por parte de algunos, hasta el rechazo profundo por parte de otros. Nada nuevo, lo raro sería que un producto con un fin fundamentalmente estético acabase recaudando las mismas opiniones por parte de todo el mundo, dado que son precisamente la estética y la ética las dos cuestiones que más disparidad de criterios generan en el ser humano.

Uno de los grandes reproches que se le hacen a la camiseta es que es una camiseta de catálogo, es decir, que es un diseño que la propia marca hace y que cada club puede elegir, pero que no está hecho de forma exclusiva para el equipo. He de decir primero que a mí, personalmente, me gusta mucho, y que el único reproche que le pondría sería (si se mantiene la bandera de Galicia en la 2º equipación, cosa que no se sabe al remate de este artículo), que ni club ni marca han tenido el detalle con Ian Mackay de diseñar una camiseta de color rosa para él. Ian perdió a su madre de cáncer en 2012 y desde entonces luce este color en sus equipaciones “como un regalo hacia ella, para recordarla”. Desconozco si el club no estuvo pendiente de este detalle o si la marca no accedió a la petición del mismo, pero sea como sea, me parece que no requeriría mucho esfuerzo enmendar el error (quién sabe si cuando esto se publique ya estará enmendado, espero que sí).

Volviendo a lo del catálogo, los deportivistas estamos muy mal acostumbrados con el trato recibido por Macron en estos últimos años, que ha sido inmejorable. Cada camiseta tenía un significado, contaba una historia y estaba hecha expresamente para el club. Se notaba mucho que existía comunicación y cierto interés por conocer el equipo para el que se estaba diseñando y, parece que no, pero las aficiones agradecen mucho este tipo de gestos, esta cercanía, este interés. Sin embargo, yo no he acusado este año esa falta de significado en la camiseta e incluso lo he agradecido, me ha dado un respiro ya que creo que, en los últimos años, existe un exceso de storytelling en el diseño de camisetas de fútbol. Está bien que haya detalles y que se diseñen camisetas con significado, pero ¿es necesario? e incluso ¿no se pierde un poco el valor de las camisetas cuando esto sucede siempre?

En nombre del storytelling se han hecho verdaderas aberraciones como la segunda equipación del Arsenal del año pasado, que podríamos llamar «la camiseta Vispring» o la camiseta de dormir que te pones para el día de hacer chorizos en casa de tus abuelos y ya no puedes volver a ponerte. La camiseta pretendía emular los azulejos que lucía el anterior estadio de Highbury, sin embargo, no pasó de parecer un ojo con conjuntivitis. Otra que vamos a poder disfrutar este año es la camiseta del Barça, que emula su escudo en todo el torso. Yo no lo acabo de ver del todo y menos si los pantalones son lo más parecido a lo que vestiría un juglar, que parece que Pedri va salir al campo a cantar cantigas de escarnio e maldicir y no a jugar un partido de fútbol.

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Hace días, leyendo el anuario del Colegio Oficial de Psicología de Galicia descubrí una frase del Profesor Marino Pérez-Álvarez que casi podría decir que me sirve para todo: “Tanto más se habla de la felicidad, cuanto más infelices son probablemente los tiempos. Si fuesen tiempos felices, llegaría con vivirlos sin estar constantemente proclamando la felicidad y mucho menos diciéndonos cómo conseguirla”. Algo parecido pasa con el storytelling en las camisetas, las versiones retro que hoy inundan el mercado hacen referencia a elásticas que no necesitaban tanto subtexto para contar una historia. Quizá, creo yo, cuantas más historias se cuentan menos significado tiene cada una de ellas por ser el resultado de todas, precisamente, un mínimo común denominador que nos descubre como seres humanos intentando lidiar con nuestros conflictos internos y externos. Quizá muchos de nuestros problemas vengan de ahí, de creernos cada uno que somos tan especiales que tenemos una historia que contar cuando no lo somos. Cuando, quizá, la única historia que merezca ser contada sea la de todos los individuos como conjunto, es decir, como sociedad.