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El fútbol es de los jugones: cómo Zidane me cambió la vida

Publicado: 13 / 11
Categoría: Fútbol

El fútbol es de los jugones: cómo Zidane me cambió la vida

Publicado: 13 / 11
Categoría: Fútbol

Me levanto y leo los periódicos online como cada mañana antes de ir a trabajar. Veo en una entrevista en Marca que Gayá, lateral internacional del Valencia, dice que «ahora es más importante el vídeo que el trabajo en el campo» y no puedo evitar sentir tristeza.

Tristeza porque el fútbol se está convirtiendo en un juego de estrategia. Como si de una partida de ajedrez se tratara, 22 jugadores se enfrentan en un rectángulo de 105×70. Cada movimiento está medido con suma precisión y la táctica es un mantra inquebrantable.

Entiendo que esto, a nivel profesional, es necesario para competir en la élite, pero… ¿Qué imagen damos a los más pequeños? Me sale publicidad en Instagram de padres que llevan las cuentas de sus hijos, canteranos en Madrid, Barça, Atleti o Sevilla, en las que recogen las estadísticas de sus chiquillos como si de un centro de análisis de datos se tratase… ¿De verdad vamos a criar robots que pasen su infancia en centros de tecnificación para aumentar su velocidad punta en 2 km/h, golpear el balón con unos pocos Newtons más de fuerza que el rival o ser capaces de saltar 3 centímetros por encima del resto de jugadores?

Es por eso que digo que el fútbol es de los jugones. De esos futbolistas que no parecen atletas, pero ninguno de los otros 21 en el campo sabe qué van a hacer en ningún momento. Imprevisibles, técnicos, mágicos… al fin y al cabo, futbolistas que trascienden a la forma física. Dan igual tus cuádriceps, zancada o capacidad pulmonar cuando Xavi Hernández da un pase que rompe 2 líneas y deja sólo al delantero. Se me vienen muchos otros -bien cercanos también- a la mente: Valerón, Iniesta, Silva

El fútbol es también de las plazas, los parques, las calles y los frontones. De chicos de barrio que después del colegio le pegan patadas a un balón y hacen amigos a base de «¿Puedo jugar?». En la Plaza de San Juan yo he sido Del Piero, Totti, Raúl o Morientes.

De pequeño siempre me elegían el último al hacer equipos en el patio del colegio. Era canijo: bajito, peso pluma y con una valentía nula para ir al choque. Toda mi frustración se la llevó mi madre de un plumazo cuando me dijo «Zidane no es el más rápido con las piernas pero sí con la cabeza». Tenía yo 6 años allá por 2002 y todavía me acuerdo, imaginad si esa frase me cambió la vida.

Desde entonces supe cuál era mi rol. En la vida y en el fútbol: el pase antes del pase de gol. Sin focos, sin flashes y sin llenar portadas. Cómodo en las sombras, en silencio y con un objetivo fundamental: dar valor a lo que muchos no valoran.