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CCP LATIGO: reflexiones sobre fútbol y lifestyle clubs

Publicado: 23 / 04
Categoría: Diseño

CCP LATIGO: reflexiones sobre fútbol y lifestyle clubs

Publicado: 23 / 04
Categoría: Diseño

La Ciudad de los Periodistas es una conocida mancomunidad situada en el madrileño distrito de Fuencarral-El Pardo. En 2002 se fundó allí el CCP (Club Ciudad de los Periodistas), asiduo participante de las ligas municipales de fútbol sala de la comunidad desde entonces.

Para muchos de sus jugadores, su vinculación al club es directamente proporcional a su relación con el fútbol en el ámbito más general. Ser del equipo en el que juegas. Un sentimiento de pertenencia que trasciende la cancha y se consolida en los terceros tiempos.

En 2020, el club decide dar un paso más allá y unirse a la red global a la que ya pertenecen proyectos como Nowhere FC en Nueva York, Le Ballon en París o Calcetto Eleganza en Milán: una suerte de club de fútbol amateur y espacio creativo. Con el apoyo actual de ADIDAS y LATIGO, marca de streetwear madrileña con un fuerte background en el jersey culture, el CCP aspira a transformar la comunidad de fútbol local en la ciudad de Madrid. Varios de sus jugadores reflexionan para Lenders sobre el proyecto, su vinculación con el balón y su forma de vivir el deporte.

Pablo Alzaga (Fótografo, cofundador y pívot en CCP LATIGO)

El fútbol forma parte de mí desde que tengo uso de razón. Mi padre llevándome a la academia de la Real en Astigarraga. Ver los partidos en el bar debajo de casa cuando vivíamos en San Sebastián. Mis primeras ligas de domingo. Recuerdo el día en el que me dijeron que tenía el LCA roto como uno de los días más tristes de mi vida. Fue el 31 de diciembre de 2018.

Trabajando en el sector de la moda, una de las preguntas a las que más me he enfrentado en las distancias cortas siempre ha sido: ¿De verdad te gusta el fútbol? ¿En serio?

Esta idea me obsesiona desde hace años. La relación entre el fútbol y un lifestyle en concreto, alejado de lo que siempre hemos considerado un “forofo”. Aunque siempre he notado una carencia de este tipo de comunidades en España, creo sus bases y cultura siempre han estado ahí. Tanto las primeras referencias del streetwear nacional introduciendo códigos del fútbol en su imaginario -con LATIGO y Dellafuente FC como pioneros-, como los nichos que han generado medios como el mismo Lenders, han permitido el colapso toda clase de creativos españoles en las canchas.

El CCP nace con la vocación de afianzar esa comunidad, aún difusa. La cultura del tercer tiempo, la cancha como punto de encuentro y el concepto de club en tiempos de digitalización y superligas. Y sin dejar nunca de lado la esencia de todo esto que es, al fin y al cabo, darle patadas a un balón.

Nacho Asensio (Telco, cofundador, capitán y ala en CCP LATIGO)

Siempre he sido de barrio, de parque, de rodillas con costras y espinillas con moratones, de jugar sin fueras y con balones deshinchados; pero también de porras -mucho-, de pases sin mirar y de jugadas sin que bote el balón. De que tenga que bajar tu padre a buscarte a altas horas o que te echen los vecinos por darle contra la pared.

Un día, con unos 10 años, un compañero de clase me invitó a jugar en su equipo, el CCP, y no se me debió de dar mal, aunque estoy seguro de que era bastante chupón. 18 años después, me gusta pensar que soy como el Totti de este club -bastante comparable en el campo por otro lado.

Con 14 años o así, llego el -ahora amigo- nuevo entrenador, Edu, que le dio la primera vuelta de tuerca al equipo, siempre anteponiendo el buen rollo y el concepto de EQUIPO por encima de todo. Con el paso de los años, ya en categoría senior, el equipo se fue transformando en un grupo de colegas, muchos íntimos, que se juntan para jugar -y ganar- a fútbol sala.

El segundo giro de tuerca sucedió cuando se unió Pablo a nuestras filas, mi fiel amigo de la universidad y famoso fotógrafo madrileño. Con él y LATIGO, hicimos la primera colaboración en 2018.

Esta temporada 2020/2021, Pablo y yo decidimos llevarlo todo un poco más allá, integrando nuestra idea de fútbol con la escena madrileña y española y, quién sabe, global. Es un orgullo liderar este proyecto con uno de tus mejores amigos. Estamos empezando, ¡estén atentos! Nunca se olviden del tercer tiempo, ni del esfuerzo, estas dos cosas no se negocian en el CCP. Ni del orgullo que siento por capitanear a mis amigos, tanto en la cancha como fuera de ella.

Roberto Ruiz (Director creativo, modelo, escritor y pívot en CCP LATIGO)

The characters depicted in this text are fictitious. Any similarity to real persons, living or dead, is purely coincidental.

A number on the back. Role games. In football, each one plays a character. Variety of styles. In fashion, each style represents an imaginary. Variety of characters. When you find your number, you find your style. From that moment on, it belongs to you. And you are condemned to it.

The number 8 hugs the entire field in a perfect three-piece suit from Tom Ford. Always correct. Good education with the ball, but be careful if he loosens his tie. The game was a mess but his hair was perfect. Summer in Saint-Tropez. «The deal is done». Elegant pass. Italian tailoring details.

The 10. Eccentric talent. Talent wasted. Walks brazenly wearing Martin Margiela and throwing the cigarettes on the grass. Dangerous boyfriend. «Baby, drive to the end». Misunderstood artist hairstyle. The legend tells he was raised by wolves, that’s why he doesn’t sleep at night. Welcome to nowhere. A tribute to icons.

The number 2 likes to feel comfortable. Levi’s 501, white T-shirt. Polo fragrance. Empty road. He runs after the deer. «I want to be a horseman like my father was». He spits sideways like a cowboy in devastated territory. The log of wood through the mud. Old dog, no new tricks.

The 9 is a killer in a black leather jacket. Contemporary classic. The lost prince out of the box. A nightly walk in high-waisted pants and Adidas World Cup. Sensitive hetero. Daggers stuck in a photo of Stacy Martin. The last romantic. Shots in the darkness. “Kill me gently”.

Different roles, different styles. But in their hearts they all wear the same emblem. CCP Latigo.

Game Over.

Santi Pérez (Music Manager y Booker, ala en CCP LATIGO)

El pares o nones. El “Mamá quiero las Total 90”. Tomarte el zumo corriendo en el recreo para jugar 15 minutos contra los de la otra clase. La mítica frase: “Yo de mayor quiero ser futbolista”… Cuando te gusta el fútbol desde que eres pequeño, se te quedan una infinidad de recuerdos.

Encendías la tele y veías un control de Zidane, un sprint de Ronaldo (el bueno, el gordo), una falta de Beckham o el golito de Raúl. En el bar escuchabas —Sólo la ha empujado— , y alguien respondía —Sí, sí, pero hay que estar ahí para empujarla—. Los resúmenes del domingo hasta que tu madre te mandaba para la cama.

Entrenar 3 días a la semana en diciembre se hacía duro, a veces te dolían partes del cuerpo que no sabías ni que existían, pero ganar el domingo al líder era otro rollo.

Luego te vas haciendo mayor y las prioridades cambian, sabes que no vas a ser futbolista de élite pero al fin entiendes que lo que importa es juntarte con tu gente. El CCP representa eso, la pasión por el fútbol que sigue ahí, como cuando tenías 15 años.

Edu Tamayo (Historiador y politólogo, cierre en CCP LATIGO)

Empecé tarde a jugar al fútbol, con unos diez años, durante los recreos; como no sabía jugar bien en ninguna posición, los amigos me mandaban atrás, y mis primeros entrenadores en el equipo del colegio hicieron lo mismo: defensa. ¡Bendito día! En seguida empecé a amar este deporte, el fútbol sala, y a entenderlo desde abajo: al verlo casi desde la portería aprendí cómo se movían las piezas hacia adelante, atrás, a los lados… Como jugador, todo era intuición y ensayo-error, pero pronto empecé a entrenar un equipo de niños (cuando yo apenas contaba los dieciséis años). Entonces todo pasó a ser teoría, observación, análisis y obsesión por los espacios, el tiempo, la posición, la dirección del movimiento, la combinación, la situación emocional… y así, en mi cabeza, el fútbol se volvió equipo.

Me enamoré tanto de este deporte que no solo lo practico hasta hoy —acercándome a los cuarenta— sino que por el camino dediqué casi una década de mi vida a entrenar chavales en el Club Ciudad de los Periodistas (CCP). Cuando mis amigos de la infancia fueron dejando de jugar, los chicos de mis equipos fueron tomando el relevo, y varios pasaron de ser mis jugadores a ser mis compañeros. De uno de aquellos equipos que entrené salió Nacho (Ignacio Asensio), que lo revolucionó todo; siempre me dediqué a intentar que mis chicos vivieran el fútbol como una experiencia diferente (les ponía en una página de internet la clasificación, las convocatorias, fichas personalizadas de todos ellos, estadísticas por jugador de los encuentros, comentarios de los partidos, etc.), sin saber que estaba ayudando a crear un monstruo…

Con los años, Nacho y Pablo (Pablo Alzaga, incorporado también al equipo trayendo consigo su talento y amor tanto por el deporte como por la imagen) le han dado al CCP LATIGO un impulso enorme, que está permitiendo que sigamos viviendo el fútbol sala como una experiencia más allá de las líneas de la cancha de juego, disfrutando como niños.

Fran Ruidiaz (Empresario y cierre en CCP LATIGO)

Mi primer contacto con el fútbol sala fue en el equipo de fútbol del colegio. Por aquel entonces tendría unos 3/4 años. Me apunté porque ya por aquel entonces el fútbol me hipnotizaba y también porque se apuntaban mis compañeros de clase. Competíamos en una liga de escuelas católicas. Con ellos gané todo. Absolutamente todo, a nivel municipal y nacional, como es el campeonato de España de Torremolinos. Estuvimos juntos hasta los 16 años. Aquellos agitados 16 años en los que la mayoría empezaba a poner el ojo en chicas, el alcohol, etc. El fútbol dejo de ser prioritario y los valores que nos habían hecho llegar tan lejos y acompañado tantos y tantos años, también. El equipo murió.

En los siguientes dos años estuve buscando un equipo que me diese esa competitividad tan necesaria dentro del campo pero sin descuidar la parte humana, algo para mi fundamental. El fútbol, sin valores, no es fútbol.

Pese a conocer en estos dos años a grandes personas en el mundo del fútbol e incluso tener ofertas de equipos fuera de España, no me sentía plenamente satisfecho hasta que me hablaron de un club de fútbol sala de barrio en la zona del Barrio del Pilar. Tuve conocimiento del CCP gracias a un muy buen amigo, Diego, y a Nach que, si bien es cierto que aún no habíamos estado juntos el tiempo suficiente para considerarnos amigos, si que respirábamos ambos buen feeling entre nosotros cada vez que salíamos de noche por Madrid. Fui un miércoles a probar suerte. Recuerdo que estaba algo nervioso, como cuando te enfrentas a un examen que no puedes fallar o cuando pones una lavadora por primera vez. Fue en agosto de 2011. Creo que el flechazo fue mutuo. Yo era lo que buscaban y ellos, sencillamente, eran lo que necesitaba para volverme a ilusionar por el fútbol sala. Vi un grupo de amigos que me acogieron como a uno mas desde el minuto uno y con los que además hago planes fuera del campo.

Ellos unen dos de mis grandes pasiones como son el fútbol sala y pasar tiempo con mis amigos y ahora, gracias a Nach y a Pablo, también la moda urbana, con la inclusión de LATIGO como marca pionera en este campo que nos patrocina, viste y cuida desde 2018. Este proyecto llegará tan lejos como queramos pero desde luego que con gente como la que forma el equipo de CCP LATIGO y , especialmente con Nach y Pablo a la cabeza, estoy convencido de que llegaremos muy lejos.