El balón avanza rápidamente y desafía las leyes de la física. Gira sobre sí mismo para mantenerse a la altura adecuada sin perder potencia y aterrizar en la escuadra bajo el poste derecho. La trayectoria curva, casi de golf, del pie derecho de Trent Alexander-Arnold en el minuto 19 del partido del Liverpool contra el Fulham, como si lo hubieran envuelto en una bufanda antes del disparo. Y el magnifico golpeo de la diestra de TAA se debe no sólo a los fenomenales dotes futbolísticos del soldado de Jurgen Klopp, sino también a una zapatilla que se desarrolló hace casi 30 años. Las adidas Predator se han convertido en una leyenda del estilo, en una revolución técnica y, en última instancia, en un modelo que cambió definitivamente la estética de adidas y salvó a la empresa de la quiebra. Ahora, casi tres décadas después, vuelven a ser el centro de atención en los campos de fútbol en los que juegan los mayores talentos de la actualidad.
Las adidas Predator no sólo representan un capítulo glorioso en la historia del calzado deportivo, sino que, con su introducción y posteriores cambios, también marcaron un antes y un después en cuanto a lo que los jugadores de fútbol empezaron a utilizar sobre el terreno de juego. Una historia romántica cuenta que el ex centrocampista del Liverpool Craig Johnston tuvo la idea del diseño mientras entrenaba a un equipo de niños que se quejaban de no tener suficiente control del balón bajo la lluvia. En realidad, tanto adidas como Nike y PUMA habían rechazado inicialmente la propuesta por considerarla demasiado alejada de los estándares de las botas de fútbol de la época, que no habían cambiado en décadas. La diferencia entre una bota de fútbol utilizada en la Copa Mundial de 1970 y otra calzada en su lugar varios años después, en el mundial de Italia 90, era imperceptible y estaba relacionada con la calidad del cuero utilizado y la forma de los tacos. Pelé y Maradona, por ejemplo, utilizaron prácticamente la misma bota, aunque sus carreras abarcaron casi tres generaciones diferentes.
La adidas Predator, en cambio, supuso una revolución sin precedentes y transformó la bota de fútbol en una herramienta técnica, futurista y camaleónica. Ya no es artesanía, sino industria, investigación y desarrollo. Y luego los colores. Parecían haber estado prohibidos en los pies de los jugadores durante décadas, quizá por miedo a que se estropearan en la tierra y en los campos embarrados, pero, a principios de la década de 1990, Technicolour necesitaba nuevos incentivos, y el césped por fin cuidado facilitó la tarea a los futbolistas técnicos y creativos. Cuando en 1994 se lanzó la primera de una larga serie de zapatillas revolucionarias, adidas empezó a incorporar detalles rojos en el talón y la entresuela. En 1995 se hicieron aún más prominentes en la versión Rapier, que se hizo famosa por una campaña protagonizada por Paul Gascoigne, y al año siguiente en la adidas Predator Touch, también disponible en una combinación de colores roja y blanca sin precedentes -al menos para la época-.
Al igual que su equivalente cinematográfico, el Predator cazado por Arnold Schwarzenegger, la versión de adidas se hizo más grande y llamativa con el paso de los años, con la lengüeta doblada sobre los cordones para superar las defensas rivales. En el año 2000, se lanzó las Precision, con tacos intercambiables, pero el gran éxito aún estaba por llegar, en uno de los momentos más importantes para la estética futbolística, el Mundial de Japón y Corea del Sur de 2002, cuando adidas presentó el que quizá sea su modelo más reconocible. La icónica silueta Predator Mania, pulida y afilada como las garras de un velociraptor, estaba disponible en colores de pura agresividad. Esta actitud conquistó de inmediato a los futbolistas más extravagantes y espectaculares de la época, que se convirtieron en los testimonios perfectos de unas botas de fútbol que apuntaban directamente al futuro.
Por lo tanto, lo que diferenció a las adidas Predator del resto de botas, fue por los testimonios que dejaban sus embajadores sobre el terreno de juego.
Beckham marcó el gol que le hizo instantáneamente famoso cuando batió al portero del Wimbledon con un disparo bombeado desde el centro del campo en Selhurst Park. Llevaba un par de adidas Predator Touch, fabricadas originalmente para Charlie Miller, centrocampista escocés del Glasgow Rangers. Pero después de aquel partido, Becks se convirtió en la nueva cara del fútbol inglés y de adidas, seguido de cerca por Steven Gerrard, Zinedine Zidane, Michael Ballack, Kaká y muchos otros que hicieron de un modelo de zapatillas sinónimo de un deporte moderno, rápido, intenso y a la moda,, lo cual representa una ruptura total con el pasado. Por supuesto, la línea Predator ha evolucionado a lo largo de los años, abandonando parcialmente el invento original de Craig Johnston, aventurándose en modelos sin cordones y cada vez más ligeros. El ejemplo de adidas impulsó el rápido desarrollo de las botas de fútbol, que produjo una gran variedad de formas, colores y dibujos para mejorar el rendimiento y el estilo de los atletas sobre el terreno de juego.
Casi treinta años después del primer modelo, adidas ha decidido volver al pasado e invertir la parábola que caracterizaba al modelo Predator hasta ahora, lanzando una nueva versión: la Predator 30. Combinando detalles e inspiración de todo el archivo de adidas, el Predator 30 cuenta una historia que ya se ha convertido en leyenda e inspira a una nueva generación de futbolistas. De hecho, los testimonios elegidos por las Tres Rayas para lucir el último modelo sobre el terreno de juego aún no habían nacido cuando adidas lanzó la primera edición. Trent-Alexander Arnold y Jude Bellingham no sólo tienen talento y ya son fuertes, sino que, lo que es más importante, conocen la herencia de las zapatillas que llevan y cómo han forjado su pasión por el balón desde sus primeros pasos.
Es una completa inmersión en la nostalgia, un marcado alejamiento de la filosofía del modelo, que siempre ha tenido el futuro como horizonte. Sin embargo, es una decisión que encaja a la perfección con el panorama actual del calzado de fútbol, que parece haber perdido las ganas de innovar y cambiar, apostando en su lugar por lo conocido. Por supuesto, las Predator 30 tienen todas las cualidades y características pensadas para el rendimiento sobre el terreno de juego, desde la tecnología Strikeskin que mejora el agarre y el control sobre el balón, hasta la parte superior Hybrid Touch heredada de la versión Accuracy que proporciona más estabilidad sobre el terreno, pero la lengüeta en los cordones, la banda elástica y el empeine completamente libre hablan de un momento muy concreto en el que todo el mundo quería chutar el balón como Beckham o golpear la volea como Zidane.
