Nunca fui un enamorado de las vídeoconsolas, ni un adalid a los mandos, pero el FIFA 97 me cautivó. Me lo tuve que comprar aunque ya estuviera a punto de salir el 98, y es que esos campos a cubierto de fútbol sala sin fueras eran mi perdición. En la portada salía un habilidoso extremo izquierdo, vestía con casaca de rayas verticales blanquinegras, melena de ligón de culebrón venezolano. Ese tío guaperas mojabragas era David Ginola.
David firmó en 1988 por el Racing de París, un club que había vivido sus mejores tiempos allá entre los 30 y los 50 (actualmente pulula por la quinta división francesa). Esa temporada, el empresario Jean-Luc Lagardère se propuso lanzar al equipo a base de talonario tras fichar al talentoso Ginola, donde se juntaría con un mítico Enzo Francescoli. Pero uno más uno no hacen dos (¿eh, Fran Perea?) y ese equipo descendió a segunda. Traspasado al Stade Bretois, hizo dos buenas campañas que le sirvieron para firmar por el Paris Saint-Germain. Ahí formó pareja letal con el presidente de Liberia, George Weah. Palabras mayores.
Pero en 1993, David tuvo el incidente que nunca le perdonaron en Francia. Y es que sus buenas actuaciones con el PSG le llevaron a la Selección, una muy buena selección donde arriba jugaban Papin y Cantona. Francia, que venía del desastre absoluto de no haber jugado el Mundial de Italia 90, tenía la clasificación para USA 94 muy de cara pese a perder con Israel en casa. Cuando los hebreos, a falta de 7 minutos, les marcaron 2 goles para acabar 2-3. Pese a ello, los galos en la última jornada dependían de ellos mismos, jugando en el Parque de los Príncipes ante Bulgaria, y que sólo les valía la victoria. Cantona hacía más llano si cabe el camino marcando el 1-0 a pase de Papin, que se iría sustituido por lesión, aunque antes de llegar al descanso los incansables búlgaros empataban para dejar las espadas en todo lo alto. La segunda parte iba abocada al final de un partido que con el empate, mandaba a Yankilandia a los franchutes.
Llegados al minuto 89:40, falta a favor de los bleus junto al corner búlgaro. Saca Guerin en corto para Ginola, y ahora te digo, tú que estás leyendo esta mandanga, qué harías. Supongo que como persona conocedora de la táctica mal llamada ‘Antifútbol’, te vas al córner, esperas que te rocen como a Casemiro, y caer fulminado por Jude Law en ‘Enemigo a las puertas’, con su consecuente croqueta neymarí, masajista, camilla, y un largo etcétera que podrían haber acabado el partido ayer. Pero volviendo al relato, David pensó al revés que tú y que yo, se sacó un centro al tercer palo, justamente y qué raro David que no había nadie, bueno sí, un defensa que en una transición de cuatro toques, cruza todo el campo para que Kostadinov que venía de marcar el primero fusile a Lama en el 89:58. Francia 1-2 Bulgaria. El equipo de Houllier queda fuera a falta de 2 segundos. El centro de las críticas fue para nuestro protagonista, que ya nunca volvió a contar para la selección. Demasiado castigo para nuestro buen amigo David, que en Inglaterra desarrolló a posteriori su mejor fútbol llegando a ser un ídolo en el viejo White Hart Lane.
La vida está llena de decisiones que no son fáciles, pero en algún momento hay que tomarlas.
