El chándal utilizado por la selección de Brasil durante su legendario triunfo en el Mundial de 2002 se ha convertido en una pieza icónica en el mundo de la moda deportiva. Este diseño, creado por Nike, no solo marcó una era en la cesped, sino que también se convirtió en símbolo del estilo futbolístico brasileño, el llamado Joga Bonito. La habilidad y carisma de jugadores como Ronaldinho, Rivaldo y Ronaldo, “El Fenómeno”, hicieron que esta prenda representara algo más que un simple uniforme: encarnaba la esencia del fútbol brasileño y su magia en el campo. Hoy en día, esa conexión sigue viva, especialmente con el resurgimiento de las tendencias de los años 2000 y el creciente interés por la moda inspirada en el fútbol.
Curiosamente, a pesar de la nostalgia que genera y del evidente mercado para estas prendas, no ha sido Nike la que ha relanzado este emblemático chándal. En su lugar, dos importantes marcas de streetwear, Palace Skateboarding y Corteiz, han protagonizado una especie de batalla por recrear este diseño. Ambas, conocidas por su fuerte conexión con la estética del fútbol, han hecho de este chándal un campo de disputa, impulsadas por la demanda de artículos vintage y deportivos entre los fanáticos de la moda urbana.
El enfrentamiento comenzó cuando Corteiz, liderada por su fundador Clint, lanzó en marzo de 2023 una colaboración con Nike. En esta colaboración se incluyeron unas zapatillas Air Max 95 muy esperadas, y el lanzamiento fue acompañado por una campaña promocional que revivió el espíritu del Joga Bonito, con un video en el que aparecía el futbolista Phil Foden. Esta colaboración consolidó a Corteiz como una marca con una fuerte presencia en el mundo del streetwear, especialmente en su capacidad para evocar nostalgia y cultura futbolística en sus colecciones.
Por otro lado, Palace Skateboarding, una marca con sede en Londres y conocida por sus colaboraciones con adidas, sorprendió al incluir en su catálogo diseños inspirados en la selección brasileña de 2002. Este giro fue inesperado, ya que Palace siempre se había inspirado más en influencias europeas, pero su nuevo enfoque captó la atención de muchos. Sin embargo, lo que parecía un simple homenaje al estilo brasileño desencadenó una reacción en Clint, quien decidió responder de manera contundente.
Clint había presentado su propia versión del chándal brasileño en junio, tras un viaje a Brasil donde mostró el diseño en exclusiva. En lo que pareció ser un claro desafío, relanzó su chándal el mismo día que Palace lanzó el suyo, lo que generó una atmósfera de competencia directa entre ambas marcas. Además, para enfatizar su postura, Clint diseñó una camiseta que modificaba el famoso logotipo Tri-Ferg de Palace, reemplazándolo con la palabra Corteiz en los tres lados del triángulo, y fotos retocadas con el logo de su marca sobre imágenes de los modelos de Palace.
Este tipo de rivalidades en el mundo del streetwear no son nuevas, pero lo que distingue este caso es el ingenio con el que se manejó. Más que un ataque directo, el movimiento de Corteiz parecía ser una estrategia de marketing bien pensada, diseñada para atraer la atención de su leal comunidad de seguidores, que disfruta de estas tácticas desafiantes. Este enfoque de confrontación amigable ha sido fundamental para el éxito de Corteiz, una marca que ha sabido posicionarse como disruptora en un mercado saturado.
Un aspecto interesante de esta situación es cómo refleja las tensiones que existen en la frontera entre la creatividad y la legalidad en el mundo del streetwear. La propia Corteiz ha sido objeto de controversias legales, como cuando Nike acusó a la marca de infringir derechos de autor por la similitud entre su nombre y las zapatillas Nike Cortez. El fenómeno de las versiones no oficiales o «bootlegs» ha sido una constante en este mundo, y este enfrentamiento entre Palace y Corteiz demuestra que la moda futbolística sigue siendo un campo de batalla atractivo, donde las marcas buscan aprovechar la estética y la nostalgia del deporte para conectar con nuevas generaciones.
En resumen, lo que comenzó como una disputa entre dos marcas de streetwear por el icónico chándal de Brasil ha revelado cómo el fútbol sigue siendo una poderosa fuente de inspiración en la moda. Tanto Palace como Corteiz han sabido aprovechar esta conexión, llevando la cultura futbolística de las canchas a las calles. En un mundo donde la nostalgia y la autenticidad son cada vez más valoradas, este tipo de conflictos creativos no solo generan interés, sino que también muestran la importancia de mantener viva la historia y el legado del deporte en la moda contemporánea.