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No Vinicius, no party

Publicado: 28 / 02
Categoría: Fútbol

No Vinicius, no party

Publicado: 28 / 02
Categoría: Fútbol

Desde la temporada pasada, el Real Madrid es un quiero y no puedo. El equipo arrollador que logró 3 Champions consecutivas ya es cosa del pasado. Vinicius Jr. fue un rayo de esperanza en una temporada aciaga en Concha Espina en la que no se llegó a lograr una mínima estabilidad tras tres cambios de entrenador en el mismo año.

Con la marcha de Cristiano Ronaldo y las evidentes carencias de pilares tan importantes como Ramos, Modric y Marcelo, la renovación generacional de la plantilla era una necesidad. De aquellos polvos vienen estos lodos, ya que este proceso se está dando demasiado lentamente para las exigencias de uno de los conjuntos más dominantes de Europa la última década. 

Los jóvenes fichajes, en muchos casos todavía adolescentes, no son capaces de tener la influencia que puede tener un deportista ya consagrado a nivel mundial, como es lógico. Uno de los más destacados, Vinicius, apunta a ser uno de los mejores jugadores de su generación, pero todavía no es suficiente para llevar a su equipo a la cima en las tres competiciones.

El brasileño siempre genera peligro, y quedó patente en el último partido de Champions contra el Manchester City. Le da igual el rival, el escenario o la dinámica del plantel. Cuando coge el balón en la banda izquierda es un quebradero de cabeza para los defensas. Su velocidad y desborde hace que sea tan escurridizo que puede poner en aprietos a cualquiera. A pesar de que todavía no es capaz de definir bien de cara a portería y esto le lastra enormemente, siempre es marcado muy de cerca por la zaga rival.

Pero la verdadera magia del carioca reside en que es capaz de activar a todo el mundo a su alrededor. El Madrid puede estar sufriendo un acoso constante que a Vinicius le da igual. Él sabe que si realiza un par de jugadas peligrosas, acercándose al área y creando ocasiones, el equipo se viene arriba. Como un táser que descarga unos cuantos voltios sobre sus compañeros, les cambia la energía a los otros diez que están con él en el campo y, sobre todo, enciende a una grada que está deseosa de ver talento y sacrificio a partes iguales.

Destaca también su resiliencia –a veces tozudez– ya que, a pesar de que falle, nunca deja de intentarlo. Descarado como pocos, sus cualidades hacen que cualquier contraataque sea peligroso. Su rol está en peligro de extinción; ya no quedan extremos puros que busquen el regate en banda una y otra vez como puñales. En La Liga hemos disfrutado de grandísimos futbolistas de este estilo en el pasado, como Pedro, Joaquín o Jesús Navas, pero debido a la creciente popularidad del juego de posesión en los últimos lustros, esta figura con un papel tan radical se ha ido viendo relegada al banquillo.

Aunque Vinicius es muy bueno, un club del calibre del Real Madrid no puede depender de un chaval de 19 años, y esto expone las evidentes carencias en ataque de los blancos. A pesar del bajo estado de forma de Benzema y Bale y las constantes lesiones de Hazard, la responsabilidad ofensiva del equipo no puede recaer sobre los hombros del brasileño.

En cualquier caso, el vestuario madridista cuenta con una perla en sus filas que indudablemente va a ser muy importante en el futuro del conjunto del Santiago Bernabéu. La transición hacia su madurez futbolística debe ser progresiva y, a pesar de que Vinicius no siempre transforme en goles todo lo que genera, hay que ser paciente. Porque jugadores capaces de espolear a un equipo y una afición como él, quedan pocos. Y esto vale más que cualquier rasgo técnico.