Inaugurado en 1904, el Boleyn Ground, donde ha estado jugando el West Ham United los últimos 112 años, vivió el pasado mes de mayo su último partido en Londres. Despidiéndose de sus aficionados Hammers como estadio legendario en la historia del fútbol inglés. Y de su particular historia Iron. Ya que el equipo jugará a partir de ahora en el Estadio Olímpico de Londres, con casi el doble de capacidad (de 35.000 personas a 60.000) e instalaciones más modernas.


























Las fotografías fueron tomadas por el también inglés Elliot Wilcox, como homenaje a la fidelidad de todos sus aficionados.