Es de noche y los colores azul y blanco característicos del Espanyol desean irrumpir en la escena. De manera sorpresiva se encienden las luces y aparece ella. A Brenda Pérez no solo la distingue su estilo único con la pelota sobre sus pies, sino que es fácil de identificar por su cinta de pelo. Con apenas 25 años, lleva a sus espaldas siete temporadas vistiendo de diferentes equipos de fútbol femenino. Es la protagonista de un spot publicitario que comienza a rodar. Parada sobre el campo de juego y con una pelota de cuero en sus manos, nos invita a llegar a la casa del equipo que la vio dar sus primeros pasos para ser testigos de un acontecimiento que difícilmente se repetirá. Con el correr de los minutos, aparecen sus compañeras de equipo, que llevan sus puños a lo más alto. Mientras, ella no suelta la redonda. La eleva y rápidamente se pierden las miradas. El Temple será el escenario para recibir al Atlético de Madrid, líder de la Liga Iberdrola que pelea la punta cabeza a cabeza con el Barcelona.
El Estadio Cornellà-El Prat tiene capacidad para 40 mil espectadores y no habrá lugar para un alfiler. Los directivos del Espanyol llevaron adelante una ardua tarea de distribuir los tickets a la comunidad catalana para que no se queden fuera de esta verdadera fiesta. “Es un día especialmente alegre, porque este partido no deja de ser un homenaje a nuestro equipo femenino y a todas las chicas que juegan en el Espanyol. Las jugadoras del primer equipo encarnan todos nuestros valores, como humildad, sacrificio,compromiso y respeto. Estoy encantado de poder abrir el estadio por ellas y espero que toda la afición les venga a dar apoyo”, sintetizó el vicepresidente de la institución, Carlos García Pont, en la presentación del cotejo que recibirá al único líder que tiene la liga femenina y que encara la recta final con el ánimo por las nubes.
Solo falta que la pelota empiece a rodar. Catalanas y madrileñas animarán uno de los partidos de fútbol femenino con mayor afición sentada en las tribunas. Un nuevo hecho que pone a las mujeres en el centro de la escena. Con el puño en alto. Siempre por más. Nunca por menos.
