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David contra Goliat: el fútbol consiste en querer

Publicado: 21 / 01
Categoría: Fútbol

David contra Goliat: el fútbol consiste en querer

Publicado: 21 / 01
Categoría: Fútbol

La Copa del Rey es esa competición en la que los equipos pequeños se muestran al mundo. Equipos de Segunda B se enfrentan en treintaidosavos (e incluso dieciseisavos u octavos) de final a clubes con mucho más caché que ellos.

Siempre pueden dar la sorpresa, como ocurrió ayer en Alcoy. El Alcoyano, con mucha más moral -¡y fútbol!- que el Real Madrid, derrotó por 2 goles a 1 a un equipo de Zidane gris, áspero y sin ideas. Y ganó de forma más que merecida, porque de verdad querían hacerlo.

Mi abuelo jugó a fútbol durante su juventud hasta que tuvo que abandonarlo a los 25 años por una lesión que hoy en día sólo requeriría dos meses de baja, pero en los años 50 no había un equipo médico compuesto por profesionales de primer nivel en cada banquillo.

En esa década, en la que jugaba en el equipo de mi pueblo, el CD Izarra, se enfrentaron al Atlético de Madrid en el antiguo Metropolitano. El partido finalizó con empate a uno, y aunque perdieron el encuentro de vuelta en casa, cada vez que hablo con él me recuerda la gesta que consiguieron en la capital.

El CD Izarra en el Metropolitano, años 50. Mi abuelo, el cuarto por la izquierda de la fila de arriba.

Un viaje de ocho horas de autobús desde Navarra a Madrid para un grupo de hombres que al día siguiente tenían que volver a fabricar electrodomésticos o a trabajar el campo, no era lo habitual. Pisar el césped del Metropolitano tampoco era el pan de cada día.

Del mismo modo, no estaban acostumbrados a escuchar «labriegos» y «campesinos» desde la grada, como siempre me dice. Lo eran, ¿y cuál era el problema?

Ese grupo de amigos de Estella, Muniáin de la Solana, Abárzuza, Larrión y demás pueblos de la comarca, dejaron por un día sus trabajos para enfrentarse a un Primera. Nadie sabe qué hubiera pasado si la eliminatoria hubiese sido a partido único, como tampoco nadie se imaginó que 60 años después, la historia de ese día siguiese viva para una docena de familias trabajadoras.

Lo que pasó en el Municipal de El Collao se recordará durante mucho tiempo en la zona. Esta es la verdadera magia de la Copa del Rey. Por un lado está lo que se emite en televisión y se imprime en los periódicos, pero por otro lado queda la sensación de haber luchado contra todo y contra todos durante 90 minutos.

La noche del 20 de enero, con total merecimiento, el Alcoyano apeó del torneo a los de las ‘4 de 5’, a los del parche de ‘Mejor Club del Siglo XX’ y a los que tienen un capital con el que muchos países soñarían. Y eso es impagable.

El fútbol no es contar con la mejor tecnología en unas instalaciones de entrenamiento que muchos gimnasios premium querrían, ni dormir en cámaras hiperbáricas o seguir dietas milagro con una cantidad de carbohidratos estudiada al milímetro.

Ayer quedó demostrado que el fútbol, al igual que la vida, es querer. El fútbol es de los Jose Juanes, Albertos, Pablos y Jorges, porque quieren. Igual que hace 60 años, una tarde de otoño, el fútbol fue de los Manolos, Arturos, Iñakis y Robertos. Gente corriente, gente que nos encontramos en la panadería y no reconocemos, y gente que recordará esas tardes hasta el día en el que no pueda hacerlo más. En definitiva, gente que quiso.