Fútbol no solo es eso que pasa durante noventa minutos. También puede ser estilo, trascendiendo de lo puramente deportivo. Y si algo ha marcado la historia del deporte rey ha sido la vestimenta de los porteros, que con el paso de los años se convirtió en un símbolo de identidad.
En los años 50 o 60, predominaban los uniformes más discretos, solo dos tonos: negro y gris, ¿La razón? Como diría el portero uruguayo y tres veces mundialista, Ladislao Mazurkiewicz, el mayor objetivo era pasar desapercibido en el campo para los delanteros rivales.
Ya a finales de los 80, las marcas comenzaron a atreverse un poco más en los diseños de los uniformes, siendo el ciclo mundialista de Italia 90, el que revolucionaría el mercado. Uniformes llenos de colores llamativos, que pasaron a ser la norma en la década de los noventa.
Hoy, el chileno Nicolás Mardones, publicista y Director de Arte, quiso homenajear aquella estética retro que llevaron como estandarte los mejores arqueros de la década. Una serie de pósters inspirados en jugadores como David Seaman y Yoshikatsu Kawaguchi, que sin lugar a dudas, cambiaron la historia del puesto.